¿Dónde quedan hoy los días en que aquello era un
sueño?
Esos momentos del día cuando sueñas despierto, imaginándote situaciones utópicas que jamás se darán, durante esos minutos eres la persona más afortunada del mundo.
Volver a ese lugar importante en el pasado y presente, tu refugio, donde te sientes seguro, capaz de aun pensando en silencio y para tí mismo, escucharte. Cada componente de ese lugar, te está prestando atención, te absorbe. Donde probablemente también pudiste soñar, cantar, reirte, escuchar música o incluso disfrutar del apacible silencio.
Por ese lugar, que todos tenemos, ese rinconcito, ya sea la cama, la cocina, un lugar de tu pueblo o ciudad, incluso un objeto..Incluso sino nuestros propios sueños hacen esa misma función.
Y es que el grito, bien ese ahogado en el silencio o el de rabia, furia, felicidad, amor... Ese siempre acecha, es la respuesta.
Tantos caminos, tan lejos, sin saber hacia dónde ir o cómo
llegar donde quiero.
Es tan cierto que nunca hay principio ni final, solo lo que quieres contar tú.
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